Aun me queda un poco de tiempo, antes de acabar mi jornada y entre cabezadas y dolor de espalda me he dado cuenta de algo nuevo:

Quiero cambiar.

No se trata de mis múltiples revelaciones en las que me caigo , me levanto y evoluciono. No. ésta vez es cambiar, madurar.
Si antes quería un trabajo ahora me urge. Y no por temas económicos, que también, sino porque quiero seguir hacia delante, avanzar en mi vida. Quiero ser autosuficiente.

Esto no es de algo que se me haya venido de repente en mi momento nirvana en este trabajo nocturno, no. Es algo que desde haceun mes llevo dándole vueltas y desde hace una semana se ha confirmado en mí.

Esta vez no quiero ser el héroe, el guardián o el santo. No, esta vez quiero ser mayor, quiero ser la persona que cuando vean digan "¿tiene 25? parece más viejo" y no por el aspecto sino por la forma de pensar y actuar. Porque si de algo me he dado cuenta es que la situación en la me encuentro, es de otro nivel. De éstas situaciones en las que tener un sueño, una ilusión, eso ya no vale. Ahora toca ponerse el traje de persona. Olvidar ser un niño, aceptarlo y ser mayor. Evito la frase "ser un hombre" porque considero que "ser un hombre" no tiene porque ser necesariamente mayor y responsable. He visto hombres a los que no confiaría ni un lápiz y es precisamente lo que quiero ser, un tipo en el que confiar.

¿Por qué este repentino ataque de madurez?
Fácil. La mentalidad de soñador no me ha llevado muy lejos y mi otra parte de romántico guardián menos. Éstos perfiles me han hecho cometer más errores que aciertos y últimamente uno lo bastante gordo como para replantearme mi forma de ver mi vida.

No os asustéis, el traje de soñador siempre lo tendré en el armario. Ese traje me viene de familia junto con el romántico guardián. Pero a día de hoy me dedicaré un poco más a luchar por y para mí.

Quizás esto mate el Di de las poesías, de las risas estúpidas y comentarios absurdos y nazca en su lugar el Diego trabajador y serio o quizás no. Lo mismo encuentro el equilibrio entre ambos ¿quién sabe?

lo único que tengo claro es que no quiero más errores ni retrasos. Puede que de un plumazo elimine mi intervalo de aventurero joven. Incluso que me esté enfrentando a situaciones que aun no debiera enfrentar. Pero no me importa. La situación lo requiere, la vida lo requiere. y no quiero volver a fallar. Es el momento de pasar a ser el sabio de la montaña.


venga... a ser persona.

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