Una habitación blanca, miles de ficheros también de un blanco aséptico. Ordenadores que parecen de crista conectados a una pantalla enorme que se encuentra en el centro de la habitación. Y en la pantalla, pulsaciones y la imagen oscura, típica de las ecografías, de un corazón que parece que apenas late.


Goedi con una pulcra bata blanca, no para de ir de un lado a otro, tocando una tecla en un ordenador, revisando cables, abriendo y cerrando ficheros. Como quien no está seguro del resultado de algo.
Se para y observa la camilla que parece fusionarse con el entorno blanco higiénico de la sala.
Un cuerpo pálido descansa rodeado de cables y electrodos.

De repente, una explosión ahogada.

--¡Siros!-- brama Goedi sobresaltado-- por fin, ¿lo tienes?--

--sí, claro-- dice enseñando en su mano una luz azul flotante que ilumina toda la sala haciendola parecer un acuario-- pero ¿crees que servirá?--

--No lo sé, pero sin los recuerdos,todos, puede que nosotros no podamos volver a nuestras historias-

Siros mira la camilla y mira el cuerpo, el rostro del individuo se le antoja menos débil que la última vez. 
Goedi, recoge la luz azul de las manos de Siros, con sumo cuidado y se acerca despacio, hacia un fichero enorme, casi gigantesco. Lo abre y como quien lleva el tesoro más delicado del mundo lo coloca en el interior.
El fichero entero brilla, cegando a Goedi y a Siros. Cuando cesa, ambos ven como en el fichero han aparecido unas letras en las que rezan el nombre: AIKO.

--¿y ahora?-- pregunta Siros, cuya mirada permanece seria-- 
--esperar-- suspira Goedi--
Un silencio aparece en la sala interrumpido por los pensamientos de Siros.
--¿sabes? me despedí de la isla--
--bueno, al menos pudiste-- dice Goedi limpiado las gafas de ver-- yo llevo cuidando al escritor meses y llegué de repente, sin posibilidad de despedirme de mi castillo--

Ambos miran la pantalla, con la esperanza de que el corazón latiera más fuerte. Nada.

--tendremos que esperar a Jacob...-- murmura Goedi.
Siros se sienta encima de un fichero mientras se toca la cara, cansado.

--no te pongas así, volverá pronto--
--¿y si no lo hace?-- Grita Siros-- nosotros somos personajes, simples, hechos por el escritor.--
 Siros señala la camilla mientras habla y un triste Goedi le asiente, paciente.
--pero Jacob--continua Siros-- es una parte de él, no es una creación, es él. ¿cómo sabemos que no está igual? ¿o moribundo en cualquier puto rincón de un recuerdo? --

Goedi se acerca a Siros y le coloca su mano buena, la de verdad, en el hombro. Y una sonrisa se dibuja detrás de su larga barba blanca rizada.-- si es como el escritor, volverá, no se rendirá. aunque duela, aunque no haya nada que hacer, vendrá al menos a despedirse.--

Siros le devuelve la sonrisa, ésta más cansada. Pero no tarda en convertirse en un gesto de sorpresa cuando detrás de Goedi aparece un fogonazo rojo.

--¡Jacob!-- exclama Siros--
Un tipo ensangrentado, con gesto tosco mira a su alrededor antes de desplomarse en el suelo impoluto que ahora ha quedado impregnado de sangre.

--joder-- murmura-- casi me revienta--
Jacob intenta incorporarse y Goedi lo levanta con su mano bionica de un solo tiron.
--¡eh abuelo!, no creo que esas formas sean las mejores para mi ahora mismo-- 
--perdona, Jacob -- dice tranquilizador Goedi-- ¿qué ha pasado?--

--¿que qué ha pasado? que este inutil-- dice mientras señala al cuerpo de la camilla-- ha fragmentado sus recuerdos en mí, pero también ha fragmentado su puta alma en todos los personajes que ha creado ¿pero sabes que es lo mejor? que sus recuerdos para recuperarlos, vosotros sólo tenéis que absorberlos pero yo tengo que vivirlos, ¡no teneis ni puta idea de lo que es que te machaquen con la mitad de tu cuerpo!--

Jacob se levanta mientras sigue gritando y se acerca al cuerpo del escritor en coma.--¿porqué cojones me haces vivir esto si no estamos completos, idiota?-- grita--

--¡eh!-- brama Siros-- ¿lo tienes?-
--claro...--dice jacob sin girarse y mostrando un brillo parecido al que portaba siros, éste de color morado-- era el recuerdo que más guardado tenía-- Goedi lo recoge y lo guarda en otro fichero, este brilla y aparece las letras : NEREIDA

--falta Meteora-- dice Goedi preocupado--
--¡no puede ser lo hemos revisado todo y Jacob no está en condiciones de...--empieza Siros--
--Los tenemos todos--corta Jacob-- Meteora es la parte principal, como sus personajes--

Siros y Goedi se miran, ellos son parte de los recuerdos del escritor. 
--Pero ¿cómo metemos tanta información sin ficheros?-- dice Goedi
--y con su cuerpo tan debil-- continua Siros--
 Jacob que se agarra el brazo ensangrentado se acerca a los dos personajes y se aferra un hombro de de cada uno.
--recordad que yo soy una parte de él--
Siros y Goedi asienten y una sonrisa aparecen en sus rostros. Estos empiezan a brillar.
--arde...--murmura Jacob con los ojos cerrados-- ...meteora--

Los dos personajes estallan en una explosión de luces blancas que empiezan a introducirse en Jacob cubriéndolo de luz. Tras un segundo las luces cambian a un rojo intenso que es absorbido por el cuerpo, ya sin heridas, ni sangre de Jacob.

Se acerca a la mesilla que se encuentra al lado de la camilla y deja una pluma negra y plateada con el nombre "Diego" grabado.

--me dijo que te lo diera para que escribieras una nueva historia, una nueva shandora, un nuevo Bolton, un nuevo castillo, lo que quieras, pero que esta vez, la vivieras tú. No yo-- dice Jacob mirando la pluma-- Bien, vamos arriba Diego, --

Jacob coloca la mano en el pecho de Diego y éste abre de repente los ojos. Todos los ficheros , conectados al escritor y todos los ordenadores brillan. Un estruendo ensordecen los pitidos que produce la pantalla en la que el corazón de Diego aparece latiendo tan deprisa que penas se distingue nada en la imagen.

Diego se levanta como quien ha tenido una pesadilla. Mira la pantalla y ve un corazón que late fuerte, con cicatrices pero sin miedo. 

--gracias-- murmura a la pantalla-- 
Mira la pluma, la coge y sonríe, sabe quien se la ha dado, aunque aún no conozca a la persona en cuestión. Pero es ahora cuando toca escribir, para encontrarla.
Se viste y sale fuera, ésta vez de verdad, ésta vez, libre.




"El dolor de un recuerdo es la salida que te da la vida hacia una nueva carretera, una nueva aventura"

Siros, un tipo con el pelo rizado y canoso que viste con ropas largas y oscuras, se encuentra andado en la playa.
La luz del atardecer ilumina el agua del mar que llega plácidamente hasta la orilla en forma de ola. Una ola que casi ni roza la arena tibia y blanca de la isla de Shandora.

Siros conoce muy bien ésta isla. Ha estado viviendo en ella casi por tres años pero ya es hora de marchar.
No sabe si volverá, si  verá de nuevo en su vida sus palmeras, su luz, su agua sus montañas... no sabe si volverá a ver la ciudad de Shandora que parece amontonarse en el interior de la isla entre montañas que rozan las nubes son sus cimas.

No sabe qué será de su Shandora... pero permanecerá en lo que le queda de corazón y digo "queda" porque Siros ha dejado en ésta isla, en lo más profundo de ella, al menos un cuarto de su corazón.
Pero ha merecido la pena, lo sabe. Por eso sonríe. Aun sabiendo que es el final.

Mientras camina saca de entre sus ropas, largas como las de un monje, un especie de cristal con forma de ópalo, lo eleva, cierra los ojos y mientras una lágrima resbala de su mejilla sonriente,
El cristal brilla mientras todo se para y lo que parece el aura de de la isla es absorbida.
Con un susurro proveniente de los labios de Siros se despide con un "adios" mientras desaparece como una corriente de aire del norte.

Shandora sigue igual, en su atardecer, con su ciudad agarrada a la montaña, con su arena blanca, tibia y casi durmiente, con su mar acariciando la orilla, como si no hubiera pasado nada, como si no hubiera desaparecido nada, como si no se hubiera quedado nada, como si el tiempo permaneciera impasible a los momentos bonitos que Siros ha robado de la isla y que se quedará para siempre...





"No me había despedido de tí Shandora, gracias por hacerme grande, volverme pequeño, enseñarme tanto, quitarme poco y darme todo, espero devolvértelo algún día, adios Shandora... adios Gran Canaria"