Una montaña escarpada, nieve , un viento nocturno y gélido que envuelve y mata cualquier cosa que toque. Cualquier cosa menos Axios, un hombre, de gran tamaño y pelo azul.
Su armadura de un extraño metal, solo cubre el brazo derecho y sigue por el hombro hasta el cuello.
debajo de la armadura un jersey largo y azul cuyas mangas casi cubre sus manos pálidas.
Unos pantalones harapientos negros y unas botas de montaña azul oscuro.
La mirada de Axios, de ojos negros y fríos contrasta con la piel blanca que casi se camufla con la nieve.

Axios carga con una espada curva y estrafalaria que parece tener un brillo casi violeta. Mientras las sujeta en su mano izquierda, la derecha se aferra a las piedras de la montaña que escala.
Su ojos están clavados en la cima. Una cima que parece desprender una calor que derrite la nieve de al rededor.
A penas si llega y el cambio de temperatura es más que palpable. Si en la ladera podría haber menos siete grados, en la cima casi podría llegar a los cuarenta con un aire que quema las pestañas como en las ciudades del sur en verano.

--está despierto-- murmura.
Unos pasos más y sus palabras se confirman: un dragón sin ojos con boca circular como un embudo lleno de dientes se mantiene erguido, buscando a quien sube la montaña. No ve, por lo que Axios intuye que se orienta por el olfato.
Empuña su espada con cuidado y el brillo violeta se hace intenso, casi deslumbra.
--Vorpal, tranquilo-- susurra a la espada sin moverse un ápice esperando que su brillo disminuyera, como si su luz pudiera alertar al dragón ciego.
El dragón se levanta y se mantiene a dos patas mientras sus otras dos garras actúan como brazos.
Axios piensa rápido y busca el punto débil de cualquier dragón , las alas. Pero la bestia no parece tenerlas, en su lugar todo lo cubre unas escamas que sobresalen formando una enorme armadura.

El guerrero decide atacar por la espalda y con un salto se abalanza al dragón que se vuelve al instante y lanza una llamarada que acierta de lleno en Axios.
Un rugido, niebla y de repente un bramido ahogado que proviene de Axios envuelto en una armadura que se contrae y vuelve a su estado original, envolviendo solo el cuello y el brazo derecho.

--Jabberwocky-- grita Axios visiblemente alterado-- Mi nombre es Axios, asesino de Eras y éste es el fin de la tuya--
El dragón salta y las alas emergen de su espalda para coger altitud.
--Se te acusa de causar terror en éstas tierras, que puede pasar-- dice el asesino divagando-- también del asesinato de más de cuatrocientas personas, que no es una mala cifra siendo ciego y...--
Pero de repente, Jabberwocky, golpea con su garra en forma de puño sobre el Axios, hundiéndolo en el suelo.
--te orientas por la vibración, cabronazo-- dijo Axios agarrando el puño del dragón. Haciendo que Jabberwocky tirara con furia intentando zafarse sin resultado-- No hay problema, te quería cerca.

Vorpal chirriaba de ansias por probar la sangre del dragón y Axios no quería negarle el privilegio.
Un giro de muñeca, un cuchillazo y la cabeza del dragón empezó a rodar por el suelo cubriendo la montaña de la sangre morada de Jabberwocky, haciendo que el cuerpo entero se derrumbara.

La nieve empezó a cubrir la superficie. Ya no había calor, sólo el cuerpo decapitado de la bestia y Axios que seguía empuñando en alto su espada que ya no brillaba.

El asesino se sienta sobre la cabeza del dragón y saca un cigarro que empieza a fumar. Mira alrededor y sopesa el pasar la noche en la cima, quizás usando el cuerpo de su victima como refugio. Pero antes de que pueda empezar a limpiar el cuerpo Vorpal brilla, ésta vez de rojo.

--¿un humano?-- pregunta Axios-- ¿que tipo de Era, crea un humano por favor?--
Axio apura el cigarro y guarda la colilla en un compartimento de su cinturón. Posteriormente agarra la espada y cierra los ojos.
Lo que ve, no es un humano sino una humana, una vikinga y un dezio.
--aun no han hecho nada que merezca mi interes-- dice posando con cuidado a Vorpal.-- Pero la chica es guapa, mantenme informado de su posición--.

Y tras decir eso, Axios se acerca a la cabeza de Jabberwocky, le arranca ocho de los cientos de dientes que la boca guarda . Luego agarra la cabeza y como quien tiene un enorme triturador, Axios, empieza a limpiar el interior del cuerpo del dragón vaciándolo de vísceras, tripas y demás deshechos que pudiera importunar su noche.
Mientras, a miles de kilómetros de allí, Trisha se despierta sobre saltada buscando con premura a Garm.

--¿qué ocurre?-- pregunta Jacob algo sorprendido--
--un asesino de Eras-- dice Trisha sobresaltada-- he soñado con uno que ha matado un dragón ciego--
Jacob se levanta y cierra los ojos, buscando la verdad, primero en las palabras de la vikinga y luego en el mundo. No tarda más de unos segundos cuando abre los ojos y mira a Trisha.
--Es cierto, ha asesinado a Jabberwocky, el dragón que tenía apresado el reino de Carcajoso.--
--eso es bueno ¿no?--
--más que bueno o malo, se trata de un cambio y cuando hay cambios, aparece una nueva Era, o si lo prefieres, un nuevo objetivo para el asesino de Eras...--

Trisha entiende las palabras pero no la importancia que tendrán sobre ella, más pronto de lo que creería.

(Nota al lector, leer con esto; https://youtu.be/icDTN3ktL6M)

Érase una vez que se era una vikinga llamada Trisha. Tenía el pelo rojizo y largo, mirada profunda, de esas que envenenan el alma durmiéndola y un espíritu de embaucador que engañaría al diablo. Y para más seguridad llevaba una coraza que envolvía su corazón haciendo imposible llegar hasta ella.
Trisha era conocida por sus gestas pero más por cómo era. Los niños cantaban:

“Trisha, Trisha
Señora de la guerra que engaña al campeón.
devorando su alma y mandándolo al paredón
Trisha, Trisha
su nombre real no se puede pronunciar
te dejará sin lengua para que no lo puedas mancillar

oh! Trisha  ¿Dónde guardas el corazón?
¿lo perdió en un guerra? ¿o quizás en lo escondió en el armario del rincón?
Nadie sabe, nadie lo encuentra las llaves de ese arcón.
Donde guarda también su alma y algo de sinrazón.”


A la vikinga, no le molestaba en absoluto que cantaran cosas así. Era de esas canciones que después de su muerte seguiría viva. Puede que se la recordará por siempre como una persona fría, calculadora y sanguinaria.
--mmm…--murmuró Trisha. Aunque la idea de ser recordada, le gustaba, quizás no tanto el serlo como una persona tan… ¿malvada? Sí, quizás era esa la palabra.

Pese a todo el verdadero problema que ella tenía era otro. Ella aspiraba a más, no quería estar en el poblado vikingo para siempre, necesitaba hacerse grande tanto como las estrellas que se reflejaban cada noche en sus ojos, atrapándolas en ellos.
Una de esas noches en las que Trisha miraba el cielo estrellado en busca de respuestas apareció un dezio.

Los dezios  eran seres buenos por naturaleza, moradores de las noches lo cual era estupendo ya que se alimentaban de la verdad y los sueños de personas noctámbulas tales como artistas o soñadores. Si veías a un poeta borracho allí había un dezio que lo cuidaba.

--¿Qué narices?—dijo trisha sacando a Garm, su hacha -- ¿Qué hace un dezio aquí? ¡habla!--

El dezio no respondió. Buscaba algo con sus extraños ojos oscuros. Extraños porque los dezios son casi cristalinos, de ojos azules y piel blanca. Sin embargo éste era moreno de ojos marrones oscuros y tez morena. De hecho si no fuera por la parsimonia con la que se movía nadie podría reconocerlo como un dezio.

--¿dónde está?—murmuraba—
--donde está ¿el que?—

De repente el dezio pareció percatarse de la hacha legendaria que portaba Trisha.

--Eso no es necesario—dijo apoyándose en una vara plateada--
--Gríðarvǫlr—murmuró Trisha al ver la vara—
El dezio miró su vara y sonrió --¿os conocéis?—preguntó con calma—
--Sólo lo que he leído en los libros—
--En ese caso permíteme presentarla adecuadamente—dijo soltando la vara mientras permanecía de pie por ella sola—y yo me llamo Jacob—
--Trisha y mi hacha…---empezó al Vikinga—
--Garm—interrumpió Jacob—lo sé, se ha presentado antes—dijo riendo.

La vikinga no entendía como las armas podía hablar.
--Los dezio leemos las mentes, y las almas de todo lo real o vivo— dijo Jacob señalando el cielo con sus dedos largos que sobresalían de lo que parecía una túnica negra con algunos dibujos azul oscuro.
--¿y qué haces aquí?—
--no lo tengo claro—dijo tocándose la barbilla—creía que era por ti pero, Garm habla más que tú—
--Los dezio no portan armas—dijo Trisha apretando la empuñadura del hacha—
--y no vengo por Garm—dijo Jacob que se acercó a Trisha.
--Pero qué…--empezó Trisha, pero antes de que pudiera decir nada, un dedo de Jacob se posó en el entrecejo de la vikinga--
Y el dezio empezó a murmurar:
“Trisha, Trisha
Señora de la guerra que engaña al campeón.
devorando su alma y mandándolo al paredón
Trisha, Trisha
su nombre real no se puede pronunciar
te dejará sin lengua para que no lo puedas mancillar

oh! Trisha  ¿Dónde guardas el corazón?
¿lo perdió en un guerra? ¿o quizás en lo escondió en el armario del rincón?
Nadie sabe, nadie lo encuentra las llaves de ese arcón.
Donde guarda también su alma y algo de sinrazón.”

--tienes un concepto de ti equivocado—dijo Jacob—son canciones de niños, no eres tú—
--deja de leerme –dijo Trisha saliendo del trance y asestando un hachazo a lo que creía que era el brazo de Jacob. Sin embargo fue Gríðarvǫlr que se interpuso a el hacha haciéndola volar para clavarse después en una roca cercana. Jacob se esfumó y apareció casi instantáneamente a la espalda de la chica y casi sin dejarla darse cuenta de lo que pasaba de repente, Trisha sintió frio.
--la gente—empezó Jacob—cree que el corazón está delante, sin embargo es más fácil de entrar por la espalda—
Jacob tenía la palma de su mano apoyada en la espalda de Trisha. La vikinga no podía moverse estaba paralizada como cuando cae un jarro de agua fría en alguien que está acalorado.
--el frio es normal cuando el corazón no está acostumbrado a no llevar coraza—

Era eso, Jacob había entrado en el corazón de Trisha, había quitado la coraza. Pero ¿que demonios quiere este idiota? ¿Qué le había hecho ella a él? Pensaba en algún dezio que hubiera matado en algún momento, pero no era posible, ella no mataba a los desarmados.

--tranquila, no voy a hacerte daño y no, no me has hecho…¡espera!—Jacob parecía haber encontrado algo de repente todo era silencio, roto tan sólo por el viento que envolvía la noche estrellada haciendo mecerse los arboles cercanos o la hierba.

“Trisha, Trisha
de alma aventurera,
con destino lejano y mente entera
deja tu miedo y sigue tu destino
encuentra tu sonrisa y que ilumine tu camino

trisha trisha,
tu mirada llena de estrellas
que guarda en una cajita todas ellas
sigue los sueños que guardas en el corazón
y si necesitas perderte un rato calla a la razón.”

Jacob calló como cuando callan los narradores de las grandes historias mientras la vikinga anonadada miraba el horizonte que empezaba a amanecer.
--mira—dijo Jacob mirando el sol—ya es trece—
Trisha se volvió y miró al dezio que había mirado en su corazón.
--creo que te acompañaré durante un tiempo, si no te importa—dijo Jacob— por cierto,¡feliz cumpleaños!-.

Tras meses en los que el Sol se había vuelto negro, la Luna no hacia acto de presencia y en conclusión todo un mundo se había vuelto raro y oscuro. De repente todo se paralizó.

Los huracanes desaparecieron haciendo caer lentamente las piedras que volaban. Las nubes negras, se deshacían dejando entre ver un cielo azul, quizás no tan brillante como antaño pero, azul al fin y al cabo y en el centro un Sol. uno pequeño, caso sin dar calor, como esos soles de invierno que solo ilumina y no reconfortan. Pero tras tanto tiempo entre nubes negras y rios rojos y sucios. Este Sol es mejor que nada.

La calma es tal que casi nubla la presencia del gigante, del destructor de Eras que cae derrumbándose pero que antes de tocar el suelo se convierte en miles de semillas de diente de león que se lleva el viento. Es un nuevo amanecer , un nuevo mundo.

Lago, un chico delgado con el pelo negro y encrespado de quien apenas se peina se encuentra de pie. Su tez morena casi mulata  parece abrasada por un sol que no había visto des de nunca. mira a su alrededor, todo le parece demasiado brillante, demasiado lujoso más aun si lo compara con sus andrajosas ropas deshilachadas de tela gris. Sus pies descalzo no termina de acostumbrarse a lo que no sabría definir.

-Es césped-- dice una chica de pelo rubio y rizado-- eres nuevo ¿no es así?

Lago no habla, coge una brizna de césped y lo acerca a sus ojos buscando algo, buscando un recuerdo.

--sí-- termina diciendo Lago--
--conozco la sensación-- Dice la chica mirando al rededor-- ¿donde está tu pasado?--

Pero Lago no responde, empieza a caminar en dirección contraria a la chica quien empieza a correr detrás de el. Ella es alta, quizás un metro ochenta o algo menos. sus ojos marrones parecen iluminar lo que mira y sus labios rojo brillante hacen juego con su vestido  que le llega a las rodillas. Parece que no le importa ir descalza como Lago.

--¡eh! dime como te llamas al menos-- grita riendo mientras corre--

Lago se gira y la mira como quien acaba de encontrarse con una amiga. No entiende la sensación. No sabe porque le resulta familiar.
--¿porque ríes?-- dice Lago sorprendido--
--¿porque no?--

Esa respuesta ya la había escuchado antes, pero esa felicidad, no. Eso era nuevo. Era una energía que reconocía,quizás lo único que reconocía de aquel planeta nuevo como él.

--¿nos conocemos?-- pregunta Lago con curiosidad mientras se fija en cada ápice del rostro de la chica.
--no lo sé-- dice encogiendo los hombros-- quizás mi recuerdo conociera al tuyo.
--¿recuerdo?--
--tu vida anterior a la llegada del destructor-- dice la chica tocando uno de los miles de semillas de dientes de león que vuelan por el cielo .

--me llamo Lago--
--encantada, yo soy Egarial pero llámame Ega--

El nombre no le dice nada a Lago pero por alguna razón le reconforta saberlo.
--pareces formado completamente-- dice la chica--

Ega se acerca al chico y con uno de sus finos dedos toca el pecho de Lago, éste queda mirando al infinito con la mirada perdida y las pupilas contraídas.

--oh...-- dice Ega casi asustada-- no estas formado, lo pareces pero hay partes de tí que aun están en el recuerdo--

Pero Lago no escuchaba, su cabeza lo había teletransportado muy lejos. Donde el mar envuelve al mundo. Donde el tiempo no existe. Y de repente miles de imágenes pasaron por su cabeza: Una sonrisa, un abrazo, edificios de mil colores distintos, un beso en la mejilla, una mirada...
Y de repente otra vez estaba en ese planeta impoluto, verde, con un cielo azul brillante y los dientes de león que parece que empiezan a agarrarse a la tierra.

--tu mirada-- dijo Lago-- la he visto antes
--¿como?--
--la he visto aquí-- dice agarrando la mano de Ega que tocaba su pecho--

Ega sonríe con pena, casi con dulzura como lo haría una madre a su hijo. Parece que la parte que te falta es el corazón.

Lago no entendía que pasaba pero no tener corazón no le preocupaba ¿qué mas daba? recordaba que la última vez que tuvo algo así dolió. Y dolió muchísimo. Pero de repente algo le dolió dentro, en el estomago, en el sitio donde se guardan los sueños.

--tienes miedo-- murmuró Lago. Eso era lo que le dolía, había cruzado la mirada con Ega y ésta tenía miedo.-- no tengas miedo, no haré ningún daño--

Pero Ega no tenía miedo de que hiciera daño  sino de no poder encontrar a Lago nunca.

--contéstame a algo ¿sin corazón ,como sonreirás?--
--¿eso es lo que te preocupa? porque...--
--contesta--
--pues sonreiré con el alma--
--¿como llorarás?--
--Nunca más lo haré--
--¿y crees que llegaras a querer?
--claro con la cabeza--
--ah... ¿y como amarás?--

Lago se quedó paralizado, podría querer, eso no es complicado. querer lo hace cualquiera, solo necesitas tiempo. Reír también era fácil y podría usarlo de escudo junto con la locura. Pero amar... amar es complicado. Amar es el veneno que inyecta el corazón al cerebro para que razone sin perder el alma. creando el sentimiento más bello del mundo. Amar lo crea las madres al dar a luz. Amar lo crean los amantes que concilian el corazón con la mente sincronizándolos con los de su amada o amado. No, amar era imposible sin corazón.

--¿donde está mi corazón?--
--Sólo queda un trozo en la estrella más lejana del cielo, a mas de dos mil kilómetros de aquí--
--¿como llego?--
--no puedes--

Lago se sentó en el suelo derrumbado. cabizbajo.--oye--
--sí--
--¿como sabes tanto?--
Fue entonces cuando Ega se tocó el pecho y como si de una máquina se tratara, se abriera mostrando un trozo de corazón latiendo débilmente.
--Porque yo estuve como tú, pasará mucho tiempo, hasta que tengas la habilidad no de amar, sino de reir con el corazón--
--Bueno, contigo será divertido--

Y con esas palabras Lago, creo dentro de él, el primer trozo de su nuevo corazón, Casi sin darse cuenta, casi, porque retazos de un sueño aparecieron dentro de él recordando la alegría de una mirada olvidada que al menos, veía en Ega.
Aunque dentro de él sabía que no volvería a amar.

Podría reconstruir su corazón, pero la parte que amaba, lo tenía alguien en aquella estrella, a más de dos mil kilómetros de allí.