Tras meses en los que el Sol se había vuelto negro, la Luna no hacia acto de presencia y en conclusión todo un mundo se había vuelto raro y oscuro. De repente todo se paralizó.

Los huracanes desaparecieron haciendo caer lentamente las piedras que volaban. Las nubes negras, se deshacían dejando entre ver un cielo azul, quizás no tan brillante como antaño pero, azul al fin y al cabo y en el centro un Sol. uno pequeño, caso sin dar calor, como esos soles de invierno que solo ilumina y no reconfortan. Pero tras tanto tiempo entre nubes negras y rios rojos y sucios. Este Sol es mejor que nada.

La calma es tal que casi nubla la presencia del gigante, del destructor de Eras que cae derrumbándose pero que antes de tocar el suelo se convierte en miles de semillas de diente de león que se lleva el viento. Es un nuevo amanecer , un nuevo mundo.

Lago, un chico delgado con el pelo negro y encrespado de quien apenas se peina se encuentra de pie. Su tez morena casi mulata  parece abrasada por un sol que no había visto des de nunca. mira a su alrededor, todo le parece demasiado brillante, demasiado lujoso más aun si lo compara con sus andrajosas ropas deshilachadas de tela gris. Sus pies descalzo no termina de acostumbrarse a lo que no sabría definir.

-Es césped-- dice una chica de pelo rubio y rizado-- eres nuevo ¿no es así?

Lago no habla, coge una brizna de césped y lo acerca a sus ojos buscando algo, buscando un recuerdo.

--sí-- termina diciendo Lago--
--conozco la sensación-- Dice la chica mirando al rededor-- ¿donde está tu pasado?--

Pero Lago no responde, empieza a caminar en dirección contraria a la chica quien empieza a correr detrás de el. Ella es alta, quizás un metro ochenta o algo menos. sus ojos marrones parecen iluminar lo que mira y sus labios rojo brillante hacen juego con su vestido  que le llega a las rodillas. Parece que no le importa ir descalza como Lago.

--¡eh! dime como te llamas al menos-- grita riendo mientras corre--

Lago se gira y la mira como quien acaba de encontrarse con una amiga. No entiende la sensación. No sabe porque le resulta familiar.
--¿porque ríes?-- dice Lago sorprendido--
--¿porque no?--

Esa respuesta ya la había escuchado antes, pero esa felicidad, no. Eso era nuevo. Era una energía que reconocía,quizás lo único que reconocía de aquel planeta nuevo como él.

--¿nos conocemos?-- pregunta Lago con curiosidad mientras se fija en cada ápice del rostro de la chica.
--no lo sé-- dice encogiendo los hombros-- quizás mi recuerdo conociera al tuyo.
--¿recuerdo?--
--tu vida anterior a la llegada del destructor-- dice la chica tocando uno de los miles de semillas de dientes de león que vuelan por el cielo .

--me llamo Lago--
--encantada, yo soy Egarial pero llámame Ega--

El nombre no le dice nada a Lago pero por alguna razón le reconforta saberlo.
--pareces formado completamente-- dice la chica--

Ega se acerca al chico y con uno de sus finos dedos toca el pecho de Lago, éste queda mirando al infinito con la mirada perdida y las pupilas contraídas.

--oh...-- dice Ega casi asustada-- no estas formado, lo pareces pero hay partes de tí que aun están en el recuerdo--

Pero Lago no escuchaba, su cabeza lo había teletransportado muy lejos. Donde el mar envuelve al mundo. Donde el tiempo no existe. Y de repente miles de imágenes pasaron por su cabeza: Una sonrisa, un abrazo, edificios de mil colores distintos, un beso en la mejilla, una mirada...
Y de repente otra vez estaba en ese planeta impoluto, verde, con un cielo azul brillante y los dientes de león que parece que empiezan a agarrarse a la tierra.

--tu mirada-- dijo Lago-- la he visto antes
--¿como?--
--la he visto aquí-- dice agarrando la mano de Ega que tocaba su pecho--

Ega sonríe con pena, casi con dulzura como lo haría una madre a su hijo. Parece que la parte que te falta es el corazón.

Lago no entendía que pasaba pero no tener corazón no le preocupaba ¿qué mas daba? recordaba que la última vez que tuvo algo así dolió. Y dolió muchísimo. Pero de repente algo le dolió dentro, en el estomago, en el sitio donde se guardan los sueños.

--tienes miedo-- murmuró Lago. Eso era lo que le dolía, había cruzado la mirada con Ega y ésta tenía miedo.-- no tengas miedo, no haré ningún daño--

Pero Ega no tenía miedo de que hiciera daño  sino de no poder encontrar a Lago nunca.

--contéstame a algo ¿sin corazón ,como sonreirás?--
--¿eso es lo que te preocupa? porque...--
--contesta--
--pues sonreiré con el alma--
--¿como llorarás?--
--Nunca más lo haré--
--¿y crees que llegaras a querer?
--claro con la cabeza--
--ah... ¿y como amarás?--

Lago se quedó paralizado, podría querer, eso no es complicado. querer lo hace cualquiera, solo necesitas tiempo. Reír también era fácil y podría usarlo de escudo junto con la locura. Pero amar... amar es complicado. Amar es el veneno que inyecta el corazón al cerebro para que razone sin perder el alma. creando el sentimiento más bello del mundo. Amar lo crea las madres al dar a luz. Amar lo crean los amantes que concilian el corazón con la mente sincronizándolos con los de su amada o amado. No, amar era imposible sin corazón.

--¿donde está mi corazón?--
--Sólo queda un trozo en la estrella más lejana del cielo, a mas de dos mil kilómetros de aquí--
--¿como llego?--
--no puedes--

Lago se sentó en el suelo derrumbado. cabizbajo.--oye--
--sí--
--¿como sabes tanto?--
Fue entonces cuando Ega se tocó el pecho y como si de una máquina se tratara, se abriera mostrando un trozo de corazón latiendo débilmente.
--Porque yo estuve como tú, pasará mucho tiempo, hasta que tengas la habilidad no de amar, sino de reir con el corazón--
--Bueno, contigo será divertido--

Y con esas palabras Lago, creo dentro de él, el primer trozo de su nuevo corazón, Casi sin darse cuenta, casi, porque retazos de un sueño aparecieron dentro de él recordando la alegría de una mirada olvidada que al menos, veía en Ega.
Aunque dentro de él sabía que no volvería a amar.

Podría reconstruir su corazón, pero la parte que amaba, lo tenía alguien en aquella estrella, a más de dos mil kilómetros de allí.

0 comentarios:

Publicar un comentario