Amanece con luz clara que envuelve una montaña cuya ladera apenas tiene vegetación  y que a medida que asciende desaparece cualquier signo de paz. Llegando a la cima, una cima ensangrentada. La cual alberga la cabeza mellada de un dragón y el cuerpo decapitado del mismo.

Mientras la luz empieza a tocar una hoguera extinta y una espada que parece impasible y orgullosa de su trabajo. Axios emerge entre la piel y el esqueleto de Jabberwocky y se estira mientras busca un cigarro entre los bolsillos. Lo coge y lo coloca entre los labios secos y finos. Mira a su alrededor y un cielo despejado parece augurar un buen día.

--¿donde coño está...?--

--Si buscas fuego-- comienza una voz que sesea como las lenguas orientales-- quizás pueda ayudarte-
--¡Saúl!-- dice Axios casi riendo-- ¿qué cojones haces aquí?--
--bueno, buscaba tu hazaña pero te imaginaba en la ladera, no en la cima-- dijo Mexios lanzandole algo--
--Bueno,sopesé el bajar ¿sabes?--dijo Axios mientras encendía un cigarro con un extraño mechero rudimentario que desprendía un fuerte olor a algún tipo de combustible, era el objeto que le había lanzado Saúl-- pero hacia una ventisca cojonuda como para arriesgarme--

Saúl inspeccionaba el cadáver que por dentro estaba totalmente limpio, salvo algunas cosas que había dejado Axios, al dormir allí.

--y decidiste dormir dentro del dragón...--
--sí claro.--

Saúl se acercó a la boca del dragón, la cual tenia los dientes destrozados tras el uso que le dio Axios.
--¿no has dejado ni uno?--dijo claramente desanimado-
Axios buscó dentro de uno de sus bolsillos y sacó algunos dientes del Jabberwocky.

Los ojos de su amigo brillaron y una sonrisa enorme apareció en su rostro oscuro como el carbón.
sus ropas, más propias de alguien que va al desierto que a una montaña, se movían por el viento dejando entrever algunas cicatrices antiguas.

--ya sabía yo que venías a por esto más que para otra cosa-- contestó riendo Axios.-- venga comencemos--
--¿Ahora?--
--¿por qué no?--
Saúl extendió su mano cuya palma estaba más clara que el dorso de su mano. Axios caminó hacia Vorpal y la agarró. Pero de repente la espada brilló con un color rojo intenso y una imagen de una vikinga apareció en la mente del destructor de Eras.

--¿ocurre algo?--
Axios, que tenía la mirada perdida, volvió en sí.
--Vorpal, insiste en una misión que no entiendo--
--¿es urgente?--
--No, prefiero arrancarte la mano--

Axios colocó los dientes del dragón en el suelo, encima se encontraba la mano extendida de su compañero. Se aferró a Vorpal y de un tajo la mano de Saúl empapada de sangre cayó en los dientes.
Acto seguido, el destructor de Eras, empezó a murmurar palabras sin sentido para el oído inexperto. Pero esas palabras hicieron que los dientes y las manos brillaran cada vez más hasta que cegó al manco y su ejecutor.
Cuando el brillo desapareció, en su lugar había una espada roja

--Dí su nombre-- dijo Axios serio y sin inmutarse--
Mexios agarró la espada y como si de una una corriente eléctrica se tratara la espada le sacudió el cuerpo.
--Deimos-- dijo el manco cuya mano seguía sangrando --
--defiende su honor, como Deimos lo hará por ti-- dijo Axios-- Yo, Mexios, destructor de Eras y errante del Verso, te nombro nuevo destructor, dando tu mano como garantía y promesa hacia Deimos quien te ha elegido como compañero--

Saúl, sonrió, pesé al dolor de su mano.
--deberías curarte ese muñón--
--¿cómo es que tu no tienes muñones siendo un destructor?-- preguntó Axios mientras vendaba su mano--
--porque yo no me hice destructor...--dijo recogiendo todas sus artículos -- yo nací así.
Axios tras equiparse con todas sus cosas, incluida a Vorpal, salto de la cima hacia el mar que se encontraba al sur de la montaña.

Saúl, sorprendido y conmocionado tanto por lo ocurrido como por la salida de su compañero. terminó de curarse el muñón, el cual cauterizó y tapó con una especie de tope dorado.
Algo más tranquilo agarró a Deimos y un brillo rojo apareció intenso como la sangre que antes bañaba el suelo. y de nuevo la visión de Trisha. Esta vez en la mente del mutilado.

--la vikinga...--dijo mirando a Deimos-- vale, vamos--

A cientos de kilómetros de allí, Trisha se levantaba de su cama. Había pasado una noche terrible.
Jacob que no dormía simplemente pasó la noche mirando por la ventana. No necesitaba dormir y de hecho si la noche no hubiera sido tan lluviosa, él hubiera pasado la noche fuera de la choza.

--¿estás bien?-- dijo Jacob casi sin cambiar su expresión--
--si, sólo algo cansada--
Jacob se acercó a ella y toco su cabeza con el dedo indice
--¿qué haces ahora?--
--nada--dijo--¿hoy es el día?

Trisha sabía lo que había hecho. Había leído su mente y sabía perfectamente que hoy era el día en el que debía irse de su pueblo.
Sólo llevaba unas horas con el dezio, pero era como si lo conociera de siempre. Jacob al leer la mente apenas hablaba, cosa que agradecía la vikinga y además no necesitaba hacer nada, el dezio la seguía sin poner pegas o plantear alternativas, simplemente acataba las ordenes que recibía de su mente,

-hay que preparse-- contestó la chica y sin más, Jacob salió de la choza y partió al rio para refrescarse
mientras Trisha se cambiaba y preparaba para el viaje.

Al llegar el sol a media mañana, comenzaron el viaje, casi evitando a todo el mundo, tomando el Camino de Hiedras que llevaba al Bosque de Deseos.

-- Exactamente, ¿que buscarás en el bosque?--
--mi camino, ¿es que acaso no lo has visto al leerme la mente?--
--es complicado leer la mente a quien emborrona su psyque--
siguieron caminando hasta cruzar el rio.
--¿qué has querido decir con "emborronar" mi psyque?--
--hay algo en ti, que no me deja leer, es como una luz negra que quema si me acerco--

Trisha sabia que era eso, lo había sentido en ella muchas veces, una luz negra, que yacía dentro de ella, pero siempre había quedado en eso, una luz negra.

--Entonces es... ¿cómo un escudo?--
--si puedes usarlo así , por supuesto, pero no abuses--
--¿por qué?--dijo soriendo --¿te fastidia que pueda defenderme?--
--Me fastidiaría más el que esa energía te domine...--
--no...--contestó la vikinga riendo-- te fastidia el no saber que pienso a veces--
--calla y avanza--dijo el dezio sintiendo algo que no había sentido antes... le fastidiaba el no poderle leer la mente.