Erase una vez un Sol que hablaba con las nubes que a veces lo acompañaban.

El astro triste y sólo le contaba a sus amigas de viaje que desde que era una pequeña ráfaga de luz, soñaba con un rostro…el más bello que podrían imaginar, tan bello y lindo que todo lo demás parecía simple oscuridad a su lado y que tenía unos ojos tan grandes y brillantes que iluminaba más incluso que un rayo de los suyos. También les decía que por muchos años que transcurriera siempre veía ese rostro en sus sueños y que estaba empeñado a encontrarlo.

Las nubes viendo las ganas del Sol le preguntaron a las estrellas que si conocían a alguien que encajara con la descripción que el sol decía.

Las estrellas sonrientes y brillantes asintieron y señalaron a la solitaria luna que bailaba en el cielo oscuro…

Tenían razón, era tan y como describía el Sol se apresuraron a buscarlo. Al día siguiente las nubes le dijeron

--¡hemos encontrado a sueño!, está en la noche y se llama Luna. —

--eso explica porque no la puedo ver…--dijo el Sol abatido--¿podríais hacerme un favor?—

--claro—dijeron las nubes—

--¿podríais decirle lo mucho que me gustaría conocerla y que es la dama de mis sueños?—

Las nubes asintieron y le dieron el mensaje a la luna, esta divertida sonrió y les dijo que le enviara una de sus sonrisas al Sol.

No fue necesario, el Sol vio el brillo más allá del día, fue así cuando la luna y el sol empezaron a hablarse durante meses, enviándose mensajes de luz entre la oscuridad de la noche y el brillo del día.

Pero no era suficiente…pues el corazón ya sea el de un humano como el del astro rey necesita de rozar al menos a la persona que pinta sonrisas en su rostro.

Siendo así pidió al cielo que les dejara verse alguna vez. Tras mucho tiempo, El cielo acepto con la condición de que no se notara su falta y que deberían encontrarse.

Así que las nubes taparon el día oscureciéndolo como si fuera de noche y en la misma noche Marte Simuló ser la luna durante el encuentro pero su brillo lejano y amarillento apenas se distinguía por lo que se creó un eclipse...

El cielo los convirtió en seres humanos a los astros y empezaron a buscarse en la Tierra.

No les costó nada encontrarse el brillo de los ojos de la luna denotaba su procedencia y la sonrisa al ver el rostro de la persona que quería mostro su ser.

Se rozaron, se besaron mientras la oscuridad bañaba la tierra.. mientras los sueños de los dos se hacían reales…

Pero el cielo tuvo que llamarlos cuando sólo pasaron unos minutos. Pues en la noche aparecía el miedo y en el día la tristeza.

El sol triste de nuevo abrazo a la Luna y mientras ambos ascendían una lágrima de ambos rozo al cielo que les prometió unirlos una vez cada cierto tiempo

Aun así la luna no le parecía bien.

--No es mucho tiempo…--decía la Luna—que cada vez que nos veamos habrán pasado años quizás centurias antes de volver a vernos…

--querida mía—dijo el Sol—esperaría milenios sólo por ver tu sonrisa otra vez…sólo por besarte otra vez…sólo por tenerte a mi lado otra vez. Y sí, nuestro encuentro es fugaz que no puedo retenerte pero durante esos minutos no te vas…junto a mi alegría…no te vas.

Dcg ( “Esperaría milenios sólo por besarte otra vez…sólo y simplemente por ver tu sonrisa junto a la mía…Otra vez”)

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