Se sienta junto a la mesa, solo. Sin más compañía que la tarta derretida que ilumina la habitación con las velas que debería soplar. A fuera llueve como empatizando el cielo con el alma del cumpleañero…

Mira a un lado. Y no ve a nadie tan solo soledad. Mira al otro y la respuesta no es la misma pero similar: oscuridad.
La voz quebrada del chico aparece como un hilo débil y quejumbroso entre la luz tenue de las velas.
--cumpleaños... fe...liz-- empieza mientras la oscuridad sigue envolviendo el corazón de la fuente de la voz. --cumpleaños, feliz...-- continua, mientras es ahora la soledad quien besa la frente del chico que sigue cantando.
--te dese...a--La voz se apaga lentamente al llegar a la frase. Toma aire, pero parece que no llega a los pulmones.
Entonces intenta tragar saliva para quitar el nudo que se aferra a la garganta como se aferra el dolor al corazón del joven.
Coge aire y continúa, --te deseamos... pequeño-- solloza el muchacho y mira la vela que parece bailar con las débiles notas que emanan de su boca.

--cum…pleaños, feliz…--

Termina el canto mientras las lágrimas caen a la mesa. Sin fuerzas para soplar las velas, las apaga con los dedos tras humedecérselos.

En el exterior sigue lloviendo, como en el corazón del cumpleañero que mientras la oscura habitación, ya sin luz de velas, engulle al chico.

Como la alegría es engullida por la pena. Como la sonrisa… es engullida, por el llanto…

DCG (un cumpleaños así… nunca más… por favor…)

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